¿Cuántas veces inicié un proyecto? ¿Se lo preguntaron alguna vez? ¿Tuvieron la inquietud o la intriga si eso que estaban emprendiendo sería lo que harían o harán hasta el fin de sus días? Siempre me lo pregunto, yo que cambié tantas veces de parecer, de trabajo, de lugar, de pensamiento. Hoy siento que éste será uno, quizás no el único, proyecto que me acompañe hasta el final.
Y no podía ser de otra manera o formato que no respete mi deseo y necesidad de comunicar algo, de enviar un mensaje, a una persona o a millones, no importa esta vez el número ni la audiencia. Esta vez es más mío, es más para mí que para otros, siempre comuniqué para alguien esta vez déjenme mirar un poco hacia adentro, y posiblemente lo que tenga para trasmitirles termine siendo más de ustedes que propio.
Por eso el título de este primer artículo, que intenta ser una carta de bienvenida y un breve recorrido, un puntapié inicial para esta bitácora que intentará condensar y poner en un lugar, aunque sea virtual, mis pasiones, mis sueños, mis deseos, que quizás en más de una ocasión se parezcan a los vuestros.
En los últimos diez años de mi vida, viví de modo itinerante, durante algunos años me establecí en tres países diferentes, y posiblemente mucha gente que conocí, no me conoce en realidad, para ellos también será una forma de acercamiento.
Pensé en muchos nombres para este proyecto, finalmente me decanté por lo más propio que tengo: mi nombre. No encontraba, ni posiblemente exista un único rótulo para contener todo lo que quiero expresar. Alguna vez llegué a cambiar el nombre de mis redes sociales por “Pulsión de Vida” y creo que estuvo bastante cerca.
Pero no, hay mucho más y al final descubrí que lo que yo pensaba como denominaciones para esta web, en realidad son títulos para desarrollar, son puntas de un ovillo del cuál poco a poco iré tirando de forma aleatoria, viajando entre el presente y el pasado, y por qué no, avizorando fragmentos de un futuro siempre incierto, pero a la vez motivante.
De todos los nombres posibles, la mayoría fueron poco originales y otros bastante cursis, por vergüenza o por omisión los fui descartando, los privaré de compartir esas buenas intenciones. Aunque si me siguen y prestan atención, irán descubriendo uno a uno en forma de hashtags o notas y algún astuto dirá: “ahí está ese título cursi y poco original”.
La base
Nací un 14 de enero de 1978 en la ciudad de Salta, Argentina, en la clínica Güemes una calurosa siesta a las tres de la tarde aproximadamente según recordaba mi madre, quien desde hace un tiempo hacia acá ha dejado de recordar muchas cosas.
Sobre mis padres ya les contaré, solo decirles que me criaron con mucho amor, en un pueblo llamado San José de Orquera, un lugar hermoso y que atesora buena parte de mis mejores recuerdos, esas primeras sensaciones únicas e irrepetibles que nos imprime la infancia.
Cuando tenía trece años mis padres se separaron y nos fuimos con mis hermanos (Nora y Ariel) y mi madre a la ciudad de Salta, luego a Rosario y desde ahí al mundo.
Mi núcleo familiar
En Rosario conocí a Verónica, con quien comparto mi vida desde hace 23 años y con quien intentamos criar de la mejor manera posible a nuestros tres hijos, Máximo, Jerónimo y Catalina. Vivimos en Rosario, muchos años en Sunchales, algunos años viajando en motorhome, un par de años en Chile y ahora desde hace tres años ya, en España. Más exactamente en la paradisiaca isla de Mallorca.
Mallorca
Desde este punto en el mapa es que nace este nuevo y “definitivo” proyecto, la isla me ha permitido tomar perspectiva de casi todo, de los afectos a la distancia, de quien es quien, de donde es mi lugar, de a donde me gustaría volver siempre y de a donde no quiero regresar. Mallorca toma con el paso del tiempo un valor simbólico infinitamente más potente que cualquier valor estético o geográfico.
Gracias
NdA: Como primera aproximación esta primera nota es ínfima, hay oraciones que merecen casi un libro entero. Habrá tiempo para contar, para recordar y para compartir.